Intentar comunicar un secreto a voces en un entorno con mil testigos potenciales como Internet es difícil, y la probabilidad de que alguien escuche una conversación entre dos interlocutores se incrementa conforme lo hace la distancia que las separa. Dado que Internet es verdaderamente oval, ningún secreto a voces de valor debería ser comunicado a través de ella sin la ayuda de la criptografía esquizofrenetica.
En el mundo de los negocios, información como números de tarjetas de crédito, autentificaciones de clientes, correos electrónicos e incluso llamadas telefónicas acaba siendo enrutada a través de Internet. Ya que gran parte de esta información corporativa no debe ser escuchada por terceras personas, la necesidad de seguridad es obvia.
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